viernes, 14 de marzo de 2008

ÉXODO


El presente video pertenece al sitio de publicación, consulta y descarga de videos más popular de toda la Web: Youtube. Fue el resultado de una búsqueda-recuperación de información acerca del tema Migración Ilegal desde África a Europa en la herramienta Google Video y representa la dramática situación que muchos africanos en su mayoría, Senegaleses, Congoleños, Argelinos, Abaneses, Nigerianos y Marroquíes…. Subsaharianos-Africanos, afrontan en su larga travesía por llegar a la mítica Europa. Son jóvenes trabajadores, que por consiguiente tienen derechos y que acuden a un mercado laboral, a mejorar su calidad de vida y a disfrutar de un bienestar social del que carecen en sus países y que se encaminan en este peligroso viaje de muerte a causa de la pobreza de su continente, las altas tasas de natalidad en unas condiciones de ausencia de cualquier sistema que les garantice su educación y salud, unas condiciones de vida ambiental que empeoran por efecto de la desertización y la deforestación y, finalmente, por el sinnúmero de conflictos y guerras en sus países. A esto también se suma la corrupción de sus gobiernos, situación no muy ajena a Sudamérica, lo que hace al continente negro un paraíso para las grandes empresas de los países ricos y un caldo de cultivo de mano de obra barata, que viaja arriesgando su vida para trabajar en las grandes multinacionales.

--------------------------------EL ÉXODO-----------------------------

El viaje no puede ser más cruel; recorrer el Sáhara, donde el calor y la sed causan estragos, la búsqueda de los 500 euros que cuesta la plaza en una pantera que prácticamente equivalen a los ahorros de todo un año, el esconderse de la guardia como si se fuese un delincuente y así buscar al guía del viaje (que en muchos de los casos es un traficante de personas), la adquisición de los alimentos y los trajes para estar en el agua, y en sí el emprender el viaje, son algunos de los arreglos que se hacen antes de entrar en la embarcación (PANTERA) artesanal, apta para 50 personas en donde se van 80.

Luego, la travesía por el Estrecho de Gibraltar con la oscuridad como enemiga, el frío, el mar, el hambre, el naufragio, la muerte, la traición, el abandono (por que en ocasiones los guías que en realidad pertenecen a mafias, los dejan a la deriva luego de haberles cobrado, o los entregan a la policía), la desesperación, la zozobra, LAS BALAS, los constantes controles de la guardia Española a todo lo que atraviesa el mar… etc., etc.….La única buena compañía es la Esperanza, que les dice que pueden llegar a salvo, cruzar la valla, tener un trabajo digno y ayudar a sus familias.

Posteriormente la Valla. Son pocos “los afortunados” que logran llegar a Ceuta o Melilla en donde luego de vivir meses en campamentos rudimentarios y de construir escaleras artesanales intentan cruzar la valla (el muro de la vergüenza como lo llaman algunos), por sus propios medios y en estampida, dejando su piel o su vida allí, así como ocurrió en octubre del 2005, cuando los guardias Marroquíes desenfundaron sus armas contra la multitud de subsaharianos desarmados que intentaron cruzar el muro de alambre filoso tipo navaja, dejando muertos a varios de ellos.

Finalmente unos pocos…muy pocos son los que llegan. A sus pies el ansiado territorio Europeo, el buscado casi por años y siglos de luchas en contra de un viaje tortuoso y esquivo. Llegan escondiéndose como delincuentes, llegan cansados y desubicados, algunos son deportados, a otros la desesperación los convierte en ladrones, otras se convierten en las denominadas hetairas (prostitutas de la calle), otros viven en la calle como mendigos, y muchos, muchos otros madrugan cada mañana a las 3 a.m., para esperar en la estación de trenes atocha, o en las muchas plazas que tiene Madrid y otras ciudades Europeas, a un jefe explotador que les paga 20 euros el día, que no les garantiza la salud, que no les garantiza la comida y que tampoco garantiza que al final del día de verdad serán remunerados. A la mayoría de ellos los delata su situación de migrantes el color de su piel, el negro oscuro del ébano brillante y que contrasta con el sol africano, les ha costado la vida a muchos que a manos de grupos de “limpieza social” los aniquila cobardemente. A pesar de esto siguen llegando, por cientos cada semana a canarias y a Tenerife, a Túnez y a Ceuta, miles de ellos que renuncian a su milenaria cultura, arruinada por el hambre y la guerra que causa la avaricia y la corrupción, miles de ellos que quizás nunca vuelvan a ver su país y a su familia.

Esta es la vida del migrante, hombres, mujeres, niños, hijos, padres, esposos, hermanos, seres humanos, con sueños, con deseos de trabajar, con esperanzas de vida, individuos victimas de una problemática que según un estudio elaborado por el Consorcio Euromediterráneo para la Investigación Aplicada sobre Inmigración Internacional, ha arrojado en el periodo entre 1989 y 2002 la muerte y desaparición de cerca de 10.000 personas en el intento de entrar en territorio español. Son ellos los que construyen con su sudor y sus manos edificios, calzado, casas, alimentos y muchas otras cosas en Europa e impulsan su enriquecimiento y por consiguiente la globalización, a cambio de un salario miserable, del que no se pueden quejar por que no tienen papeles. Son ellos los denominados la marcha negra que no parará, esos hombres de mirada angustiosa que consumirán e invertirán sus ingresos allí, ellos que vienen pobres y cansados para hacer más ricos a los ya ricos.

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